Un día en
la grabación de la eucaristía que se transmite a diario por el canal Televid.
Por Luis Alfonso Zapata Sánchez
En Medellín, los últimos meses del
año hace frío, llega el momento de apagar el aire acondicionado y encender la
calefacción. Los instrumentos tecnológicos que hemos desarrollado han permitido
controlar, en cierta medida, los efectos de la naturaleza sobre nosotros.
Lo natural es ingresar al templo,
echarse la bendición, si está la pila con agua bendita mucho mejor, dirigirse
hacia el santísimo, rezar un padre nuestro y pedir para que se nos conceda la
gracia de un favor especial. Después de estos pasos, nos sentamos en la banca
que nos guste para escuchar la eucaristía. Lo natural.
Para cada época la Iglesia Católica
se ha valido de los medios tecnológicos y de comunicación, con el fin captar
nuevos feligreses y conservar los que posee.
El desarrollo de la imprenta sirve como ejemplo, el primer libro publicado y convertido en best seller (más vendido) en ese entonces fue: La Biblia.
El desarrollo de la imprenta sirve como ejemplo, el primer libro publicado y convertido en best seller (más vendido) en ese entonces fue: La Biblia.
La radio vaticana y sus canales televisivos en Italia convergen en la difusión a nivel mundial, solo que en la actualidad comparten el espacio con múltiples religiones.
Sara Barrientos fue la compañera con
la que inicié a las seis de la mañana un recorrido por las instalaciones del
canal Televid, antes conocido como Televida.
Este es un canal local especializado
en contenido religioso. A lo largo del día su programación la constituyen
principalmente programas de ayuda espiritual, médicos y de entretenimiento.
Nuestra intención fue descubrir la
manera como se graba en vivo la eucaristía: el uso de las cámaras, el manejo de
las luces, la iluminación, la edición y finalmente la emisión. Para ingresar a
la misa en vivo no existe ninguna restricción, simplemente encontrarse al
ingreso diez minutos antes de que inicie.
Desde muy temprano se ven llegar los
adultos mayores, son ellos las personas que más confluyen en el lugar, unos
arriban en carro particular, otros a pie y jóvenes desprevenidos que antes o
después de ir al gimnasio entran a recargarse de energía espiritual.
Rodrigo Flores es el encargado del
programa, él fue quien dio las instrucciones para que las personas de
producción nos permitieran conocer en vivo y en directo un poco de su trabajo y
la manera de desenvolverse en medio de la producción.
Para comenzar, el camarógrafo Jhon,
junto con sus dos compañeros Álvaro y Carlos, nos mostró los puntos ciegos del
salón, espacios que la cámara no logra registrar y desde los cuales podríamos
tomar imágenes del detrás de cámara.
Cinco minutos antes de iniciar la
eucaristía los tres camarógrafos toman posición: uno se ubica en el lateral
derecho, este es el que capta al sacerdote y a la persona que lee los
acompañamientos. Otro, en el centro, está encargado de filmar el ingreso del
padre y servir de apoyo a las otras dos cámaras. Por último esta quien usa la
cámara al hombro, para lograr hacer primeros planos en los momentos más
dramáticos de la transmisión.
Paralelamente a la celebración de la
misa, en el tercer piso, René es el encargado de la producción. Desde una
oficina equipada con pantallas y amplios tornamesas es quien emite las imágenes
de apoyo y los textos que vemos en la pantalla, además coordina las cámaras
para que cada una realice la labor que le corresponda.
En el cuarto piso Juliana Trujillo,
desde el máster de emisión, emite la señal tanto para el satélite como para la
señal llamada Padre Amaya. La primera es para las personas que tienen
parabólica, la segunda es para las personas que no cuentan con este servicio.
Las funciones del máster son, entre
otras, controlar los horarios de emisión y la pauta publicitaria, pues al ser
regidos por la Comisión Nacional de Televisión por la señal de Padre Amaya,
explica Juliana, no puede transmitirse contenido publicitario por esta pues el
canal sería sancionado.
Dentro de los seis pisos del canal,
ubicado en el barrio El Poblado, se encuentran oficinas, amplios salones y
estudios. En estos últimos que pudimos visitar, vimos como dentro de un mismo
espacio está la escenografía para diferentes programas.
Das un paso y te encuentras en uno,
das otro y estás en otro distinto. Lo común de estos espacios de grabación son
las mesas de centro, los adornos y los muebles donde se entrevistan a los
invitados.
Acabada la eucaristía a las ocho de
la mañana, en el canal Televid se
continuó con la emisión de los programas pregrabados y nosotros acudimos a la
improvisada capellanía para hablar con el sacerdote Luis Eduardo Gómez, quien
además de trabajar en el canal se desempeña como capellán y guía espiritual en
el colegio Palermo de San José y en la Universidad San Buenaventura. Es él “el protagonista” de la celebración
eucarística.
El padre explica: “la misa en
televisión no tiene diferencia espiritual con una en vivo, pues está
especialmente pensada para los presos, pacientes con dificultades de movilidad
y para las personas que los cuidan”. Añade: “si no se tiene ninguna dificultad
es mejor asistir a la iglesia más cercana, teniendo en cuenta la gran cantidad que
hay en Medellín”.
Además, da cuenta de la manera en
que el Papa Francisco desde el Vaticano incentiva el uso de las nuevas
tecnologías para alentar la fe de sus feligreses a través de múltiples medios.
En la Edad Media las personas que
sabían leer y escribir eran muy pocas, dados los altos índices de analfabetismo
y la dificultad de ser instruidas en el arte y las letras. Sin duda la Iglesia
fue una de las instituciones que más ejerció poder y represión del
conocimiento, basta con recordar algunas descripciones que aparecen en la
novela El Nombre de la Rosa de
Umberto Eco.
Pero para cada época, cada caso y cada
sociedad -en este caso la sociedad llamada por algunos del espectáculo, del
entretenimiento o del consumo, por otros- la tecnología juega un papel
fundamental. La del libro en un principio, ahora la de la televisión y los
dispositivos móviles con señal en directo. Por supuesto, para esta época la
iglesia no podría quedarse atrás y vamos viendo la manera de cómo se adapta a
la tecnología de los nuevos tiempos.
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