viernes, 12 de junio de 2015

0 ¡Tres, dos, uno: misa grabando!

Un día en la grabación de la eucaristía que se transmite a diario por el canal Televida.

Por Luis Alfonso Zapata Sánchez

En Medellín, los últimos meses del año hace frío, llega el momento de apagar el aire acondicionado y encender la calefacción. Los instrumentos tecnológicos que hemos desarrollado han permitido controlar, en cierta medida, los efectos de la naturaleza sobre nosotros.

Lo natural es ingresar al templo, echarse la bendición, si está la pila con agua bendita mucho mejor, dirigirse hacia el santísimo, rezar un padre nuestro y pedir para que se nos conceda la gracia de un favor especial. Después de estos pasos, nos sentamos en la banca que nos guste para escuchar la eucaristía. Lo natural.

Para cada época la Iglesia Católica se ha valido de los medios tecnológicos y de comunicación, con el fin captar nuevos feligreses y conservar los que posee.
El desarrollo de la imprenta sirve como ejemplo, el primer libro publicado y convertido en best seller (más vendido) en ese entonces fue: La Biblia. 

La radio vaticana y sus canales televisivos en Italia convergen en la difusión a nivel mundial, solo que en la actualidad comparten el espacio con múltiples religiones.
Sara Barrientos fue la compañera con la que inicié a las seis de la mañana un recorrido por las instalaciones del canal Televid, antes conocido como Televida.

Este es un canal local especializado en contenido religioso. A lo largo del día su programación la constituyen principalmente programas de ayuda espiritual, médicos y de entretenimiento.

Nuestra intención fue descubrir la manera como se graba en vivo la eucaristía: el uso de las cámaras, el manejo de las luces, la iluminación, la edición y finalmente la emisión. Para ingresar a la misa en vivo no existe ninguna restricción, simplemente encontrarse al ingreso diez minutos antes de que inicie.

Desde muy temprano se ven llegar los adultos mayores, son ellos las personas que más confluyen en el lugar, unos arriban en carro particular, otros a pie y jóvenes desprevenidos que antes o después de ir al gimnasio entran a recargarse de energía espiritual.

Rodrigo Flores es el encargado del programa, él fue quien dio las instrucciones para que las personas de producción nos permitieran conocer en vivo y en directo un poco de su trabajo y la manera de desenvolverse en medio de la producción.

Para comenzar, el camarógrafo Jhon, junto con sus dos compañeros Álvaro y Carlos, nos mostró los puntos ciegos del salón, espacios que la cámara no logra registrar y desde los cuales podríamos tomar imágenes del detrás de cámara.

Cinco minutos antes de iniciar la eucaristía los tres camarógrafos toman posición: uno se ubica en el lateral derecho, este es el que capta al sacerdote y a la persona que lee los acompañamientos. Otro, en el centro, está encargado de filmar el ingreso del padre y servir de apoyo a las otras dos cámaras. Por último esta quien usa la cámara al hombro, para lograr hacer primeros planos en los momentos más dramáticos de la transmisión.

Paralelamente a la celebración de la misa, en el tercer piso, René es el encargado de la producción. Desde una oficina equipada con pantallas y amplios tornamesas es quien emite las imágenes de apoyo y los textos que vemos en la pantalla, además coordina las cámaras para que cada una realice la labor que le corresponda.

En el cuarto piso Juliana Trujillo, desde el máster de emisión, emite la señal tanto para el satélite como para la señal llamada Padre Amaya. La primera es para las personas que tienen parabólica, la segunda es para las personas que no cuentan con este servicio.

Las funciones del máster son, entre otras, controlar los horarios de emisión y la pauta publicitaria, pues al ser regidos por la Comisión Nacional de Televisión por la señal de Padre Amaya, explica Juliana, no puede transmitirse contenido publicitario por esta pues el canal sería sancionado.

Dentro de los seis pisos del canal, ubicado en el barrio El Poblado, se encuentran oficinas, amplios salones y estudios. En estos últimos que pudimos visitar, vimos como dentro de un mismo espacio está la escenografía para diferentes programas.

Das un paso y te encuentras en uno, das otro y estás en otro distinto. Lo común de estos espacios de grabación son las mesas de centro, los adornos y los muebles donde se entrevistan a los invitados.

Acabada la eucaristía a las ocho de la mañana, en el canal Televid se continuó con la emisión de los programas pregrabados y nosotros acudimos a la improvisada capellanía para hablar con el sacerdote Luis Eduardo Gómez, quien además de trabajar en el canal se desempeña como capellán y guía espiritual en el colegio Palermo de San José y en la Universidad San Buenaventura. Es él  “el protagonista” de la celebración eucarística.

El padre explica: “la misa en televisión no tiene diferencia espiritual con una en vivo, pues está especialmente pensada para los presos, pacientes con dificultades de movilidad y para las personas que los cuidan”. Añade: “si no se tiene ninguna dificultad es mejor asistir a la iglesia más cercana, teniendo en cuenta la gran cantidad que hay en Medellín”.

Además, da cuenta de la manera en que el Papa Francisco desde el Vaticano incentiva el uso de las nuevas tecnologías para alentar la fe de sus feligreses a través de múltiples medios.

En la Edad Media las personas que sabían leer y escribir eran muy pocas, dados los altos índices de analfabetismo y la dificultad de ser instruidas en el arte y las letras. Sin duda la Iglesia fue una de las instituciones que más ejerció poder y represión del conocimiento, basta con recordar algunas descripciones que aparecen en la novela El Nombre de la Rosa de Umberto Eco.

Pero para cada época, cada caso y cada sociedad -en este caso la sociedad llamada por algunos del espectáculo, del entretenimiento o del consumo, por otros- la tecnología juega un papel fundamental. La del libro en un principio, ahora la de la televisión y los dispositivos móviles con señal en directo. Por supuesto, para esta época la iglesia no podría quedarse atrás y vamos viendo la manera de cómo se adapta a la tecnología de los nuevos tiempos.











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